El consumo de bebidas alcohólicas, injerir alimentos como el ajo, la cebolla o la alcachofa acentúan el mal aliento. Esto siempre es una cosa incómoda, tanto para nosotros como para los demás. Aunque la higiene bucal es esencial, hay algunos alimentos que acentúan y provocan el mal aliento. Lo mejor es entender por que se produce esto, y con qué alimentos hay que tener más cuidado.
El doctor Jonas Nunes, director médico del Instituto del Aliento, explica que hay una serie de compuestos presentes en la comida y que presentan olor, que al ser ingeridos y absorbidos en el duodeno, son transparentes y pueden ser liberados por la orina, el sudor o en este caso por el aliento, lo que podría derivar a halitosis.
Los alimentos que ayudan a nuestro aliento
Sin embargo, hay determinados alimentos que nos pueden ayudar a preservar un buen aliento. Hay dos razones por eso; hay alimentos que potencian el efecto antimicrobiano, a través de la neutralización de compuestos del mal olor.
En el caso de las comidas que pueden neutralizar compuestos de azufre, los alimentos tipos de champiñones, el té verde, algunas frutas crudas (la manzana, la ciruela, el kiwi, el caqui, el arándano), algunas hierbas como el perejil y la albahaca, y algunos vegetales como la lechuga, los espárragos, el ñame y la berenjena ayudan.
¿Cómo sé si tengo mal aliento?
Muchas veces es complicado saberlo. Según el doctor Jonas Nunes, existen métodos comunes y caseros como por ejemplo lamer nuestra mano, o poner las manos sobre nuestra boca para oler el aliento, aunque explica que son pocos fiables. Para el médico portugués solo hay dos maneras de saber si tenemos mal aliento; preguntarle a otra persona, o hacer un estudio. Sin embargo, ahora con las mascarillas es olor se acumula y aunque podamos percibir que huele mal no significa que tengamos mal aliento.
Consejos para evitar el mal aliento
Lista de buenas prácticas para evitar el mal aliento:
Comer cada cuatro horas: Los ayunos prolongados tienden a provocar halitosis. También la ausencia de masticación durante un periodo largo de tiempo es un factor que contribuye a esta situación.
Evitar una dieta hiperproteica: Las dietas ricas en proteínas son las más susceptibles de provocar mal aliento por la elevada ingestión de aminoácidos, ya que estas moléculas son utilizadas por las bacterias para la producción de compuestos del mal olor.
Consumir alimentos sólidos ricos en fibra: Los alimentos más ricos en fibra proporcionan una masticación más vigorosa y promueven la producción salival. Verduras como por ejemplo las espinacas o las lechugas, al igual que la zanahoria, los espárragos, el tomate, la berenjena y las frutas en general son alimentos ricos en fibra.
Hidratarse continuamente y estimular la salivación: Los estados de deshidratación promueven la disminución de la producción de saliva, con el consiguiente estancamiento de los restos alimenticios en la boca y su posterior degradación por parte de las bacterias bucales. Por supuesto el agua, líquidos ligeros ( como el té frio de limón sin azúcar )
Evitar las comidas de olor intenso: «Lo mejor es evitar los alimentos con un olor y gusto más intensos, tales como ajo, cebolla, leche, queso, huevos, condimentos y picantes, anchoas o embutidos.