En todas las películas, libros, y series de piratas que vemos, no hay ninguno que tenga una sonrisa cuidada (excepto Jack Sparrow). ¿Por qué es eso? ¡Te lo explicamos!

¿Cepillarse los dientes? ¿Qué es eso?

En la época en la que vivieron los piratas, no era muy común lavarse los dientes, y mucho menos estando en un barco durante muchos meses. Además, los cepillos de dientes como los que utilizamos hoy en día no se inventaron hasta el año 1938. Sí, sí, ¡tienen menos de 100 años! ¡Y los cepillos con cerdas de animales tampoco se inventaron hasta un siglo después de que los piratas navegaran! Claro que antes había cepillos diferentes, pero entre abordajes y tesoros escondidos, ¿quién se acuerda de cepillarse?

Aun asi, en el caso de que alguna vez a alguno se le ocurriera lavarse los dientes (si podemos considerarlo lavarlos), utilizaba un “palo de morder”. Era, como su nombre indica, un palo que mordían hasta que se convertía en astillas. Pero evidentemente, aunque era mejor que nada, no podían limpiarse sitios a los que puede ser algo más difícil llegar, y para nada está cerca de los cepillos de dientes modernos.

Cepillos de dientes

No se cuidaban las caries

Hoy en día, en cuanto empieza a salir una caries, vamos al dentista, nos la trata, y se acabó el problema. Pero cuando los piratas navegaban, no podían hacer eso. Se daban cuenta de que la tenían cuando ya les había empezado a doler el diente. Para entonces, la caries ya había hecho mucho daño al diente y no podían tratarlo. Bueno, en aquella época no había operaciones dentales, así que tampoco podrían hacer mucho.

No iban al dentista

Cuando vamos al dentista sabemos que han pasado años estudiando sobre los dientes y aprendiendo a cuidarlos. Pero, en un barco pirata, la persona que hiciera de “dentista” podía ser, perfectamente, el cocinero, un tripulante cualquiera, el capitán… Nadie dice que no intentaran ayudar a sus compañeros, pero como no sabían nada de dientes, no sabían qué hacer para curar a sus compañeros. 

Por eso, muchas veces lo que hacían era arrancarles el diente que les hacía daño: si no tienes diente, no te puede doler. Aunque claro, tampoco sabían tratar las heridas que podían hacerle al arrancarlo, y esas heridas podían infectarse.

Escorbuto

Limones podridos

La enfermedad más temida, algunos la llaman la enfermedad de los piratas. Y es que, pasando tanto tiempo en alta mar, se acaban juntando los factores que hacen que pueda darse la enfermedad: el cansancio del viaje, un clima húmedo, beber agua no potable… Y, por supuesto, la causa de la enfermedad: no consumir vegetales frescos ni vitamina C. Al estar durante tanto tiempo en el mar, no podían llevarse alimentos frescos porque no les iban a durar todo el viaje, así que nada de frutas y verduras.

Y, ¿qué le pasaba a un pirata cuando cogía escorbuto? Primero empezaba a sentirse muy cansado, estaba pálido, se le hinchaba la cara… Y luego las encías se inflamaban y, con el más mínimo roce, sangraban. Luego iban empeorando, pasando por que se les cayeran los dientes, y acababan muriendo. Pero claro, si alguno conseguía salvarse, sus dientes acababan destrozados.

También había algunos que, sin llegar a tener escorbuto, tenían poca vitamina C, lo que les causaba enfermedades en las encías y les destrozaban los dientes. Y es que no fue hasta bastantes años después de los piratas que se descubrió que llevando naranjas, limones y limas a bordo la salud de los piratas mejoraba.

Dieta

El problema de la dieta de los piratas no es solo que no comieran frutas y verduras, no. Su dieta se basaba en carne (muy salada para conservarse mejor), “galletas de mar” (una especie de pan duro que duraba mucho) y hasta sopa de huesos. Y, como hemos visto antes, no se lavaban los dientes, por lo que podían tener comida entre los dientes durante mucho tiempo. En esa comida podían crecer bacterias y, por esas bacterias, se les estropeaban los dientes. Y todo el alcohol que bebían tampoco era precisamente bueno para su salud. 

Fruta con moho

Asi que, si no quieres acabar con los dientes destrozados como los piratas ya sabes, ¡lavate los dientes, ve al dentista y come bien!