Con el estilo de vida que llevamos hoy en día, cada vez es más normal ver a gente con estrés. Y en las consultas rutinarias, cada vez encontramos más pacientes a los que el estrés les ha empezado a afectar a la salud bucodental. ¿Cómo puede afectar? Te lo dejamos aquí.

Bruxismo

El bruxismo es un hábito en el que se aprieta, de manera inconsciente, la mandíbula y rechinan los dientes, haciendo así que se desgasten. Normalmente se hace a la noche, y la persona afectada no se suele dar cuenta hasta que otra persona se lo dice. La causa no está clara, pero lo expertos apuntan a que está relacionado con el estrés, la ansiedad y los problemas del sueño.

Puede provocar dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, mareos, empeorar la mordida, pérdida del equilibrio… También puede desplazar las piezas dentales, llegando incluso a perderlas en casos extremos.

¿Qué hacer para evitarlo? Como es bastante difícil darse cuenta, lo mejor que podemos hacer es ir al dentista regularmente, ya que podrá detectarlo antes que nosotros. ¿Y si ya tengo bruxismo? Probablemente te den unas férulas de descarga, que actuarán como barrera para que no te dañes tanto los dientes.

Transtornos temporomandibulares

Los transtornos temporomandibulares (TMD) son varios problemas en el movimiento de la mandíbula, que producen dolor en la articulación y alrededor. Las articulaciones temporomandibulares se utilizan mucho en el día a día: hablar, bostezar, masticar, tragar… Básicamente, hacen que la mandíbula se abra y se cierre.

Los síntomas incluyen dolor de cabeza, dolores articulares y musculares, ruidos en las articulaciones, problemas para abrir y cerrar la boca…

Estos transtornos pueden empeorar por culpa del bruxismo, ya que se fuerza aún más la mandíbula. Pero aunque no tuviéramos síntomas del bruxismo como la disminución del esmalte o las puntas de los dientes planas, podríamos tener otros de los TMD que también aumenten por el estrés.

Si crees que puedes tener TMD, ve al dentista a que te ayuden. Muchas veces no hay un tratamiento expreso que lo arregle, y las molestias suelen desaparecer solas. Puede que te recomienden hacer ejercicios para reducir el bruxismo por estrés, u otras prácticas sencillas de autocuidado.

Hombre con muchos post-it que ilustran su estrés

Enfermedad periodontal

La enfermedad periodontal o periodontitis es una infección bacteriana del tejido que rodea los dientes (el periodonto), que ocurre cuando no se trata la gingivitis. Se suele crear cuando se acumula placa entre la encía y el diente, y se extiende hasta el hueso. Allí se crean bolsas pequeñas en las que se acumula la infección.

Es bastante peligrosa, porque de no recibir tratamiento, corremos el riesgo de que los dientes se aflojen o incluso se caigan. Los síntomas, antes de llegar a ese punto, incluyen dolor al masticar, encías hinchadas y, sobre todo, sangrado de encías. Además, cuanto más esperemos, las encías empezarán a retraerse, dando la sensación de que los dientes se alargan.

Pero, ¿cómo afecta el estrés a esta enfermedad? Pues, cuando tenemos estrés, nuestro cuerpo produce una hormona que se llama cortisol. Normalmente, actúa como antiinflamatoria, pero en el caso de las encías hace justo lo contrario, y ayuda a que se inflamen. Como hemos mencionado, el principal síntoma de la periodontitis es la inflamación de las encías.

Además de eso, cuando estamos estresados, muchas veces dejamos de lado muchos hábitos saludables, como lavarnos los dientes regularmente. Y también cogemos hábitos menos saludables, como fumar, consumir alcohol o tomar alimentos azucarados. Todo esto también hace que se inflamen las encías, pudiendo terminar en periodontitis.

Aftas

Las úlceras o aftas son pequeñas heridas que aparecen en las mucosas de la boca, y son la afección más común, después de las caries.

Son redondeadas, y de color blanco o rojo, y se suelen crear por mordidas, por alguna pequeña lesión que nos podamos haber hecho con el cepillo de dientes o incluso por cepillarnos demasiado. Pero también puede ocurrir por estrés. Además, son mucho más frecuentes en épocas de estrés.

También se relacionan con las mordidas en las mejillas, por lo que podemos unirlo al bruxismo que ya hemos mencionado anteriormente.

Si bien normalmente no son peligrosas y suelen curarse solas, tendremos que tener cuidado si las tenemos muy frecuentemente, son especialmente grandes o, evidentemente, si hacen que tengamos fiebre.

Hombre apretando los dientes por estrés